10.12.05

anclada y fría


a veces me gustaría retroceder el tiempo, ni siquiera mucho, un mes, solo treinta días, y volver a esos viejos tiempos donde era feliz, donde todo era mucho más simple, hacer las cosas de nuevo, empezar de nuevo. Es increible como en un par de días todo puede cambiar, todo, todo puede volverse tan gris y sombrío, todo puede volverse llanto en el mismo punto, en el mismo cielo, en los mismos ojos. No sé si soy yo que camino lento, que me aferro suave, que me adormezco en las palabras, que me acomodo en las miradas, pero en breves instantes los ojos se han ido y solo quedan concavidades hostiles y frías, capaces de doler donde otrora acariciaban.