Era de noche, llovia torrencialmente. Nos encontramos en el bar de siempre. Yo café, el una copa de vino. Me miraba fijamente a los ojos pero apretaba con fuerza la servilleta y noté que arrastraba un poco sus palabras. Me dijo que me amaba y sus palabras retumbaron en mis oidos. Nunca antes me habia dicho que me amaba hasta ese día. Escalofrio. Un viento helado me recorrió la espalda, algo estaba sucediendo, podía presentirlo. Tomó mi mano y vi que deslizaba la otra hasta el bolsillo de su chaqueta. Se me nubló la vista y sentí un mareo. No!! no podía estar sucediendo eso!! Mis manos transpiraban temblorosas. Mi mente se ofuscaba. Se me enmudecía el pensamiento. Me entregó una pequeña cajita atercipelada, era hermosa como ella sola. La acaricie, pero no pude abrirla. Miles de ideas pasaban por mi mente. Si, pero no. No, pero sí. ¿Estábamos haciendo lo correcto?. Lo miré dubitativa, estoy segura que mis ojos solo tenian preguntas y dudas. Me acerqué hasta su oido y le dije "Si, quiero" y le dejé el mejor beso de mis labios. Luego durex hizo lo demás.
